El parque Scalabrini Ortiz se llenó de color por el 14º Festival Internacional de Barriletes
El evento, que continuará hasta el domingo, quedó inaugurado con la participación de cientos de alumnos de primaria remontando sus barriletes.
Con la participación de cientos de alumnos de escuelas primarias de la ciudad, el viernes 12 de septiembre se desarrolló la jornada inaugural de una nueva edición del Festival Internacional de Barriletes Pintemos el cielo de Rosario. El ya tradicional encuentro, que se lleva a cabo desde hace 14 años, continuará celebrándose hasta el domingo en el parque Scalabrini Ortiz.
En la convocatoria de este primer día, organizada por el Fondo de Asistencia Educativa (FAE) y por la Dirección de Actividades Integradas, los pequeños asistentes se divirtieron remontando los cometas de múltiples colores confeccionados por ellos mismos, al tiempo que disfrutaron de una charla sobre el club de ciencia y barriletes históricos a cargo de Osvaldo y Daniel Orellana, de la localidad de Presidente Derqui, provincia de Buenos Aires. También tuvieron oportunidad de disfrutar de un taller de minis barrriletes, con Hans Peter Böehme (Alemania), y de un concurso de altura, entre otras propuestas.
Es dable destacar que Pintemos el cielo de Rosario tiene una fuerte articulación pedagógica a partir del programa El Barrilete va a la Escuela, que congregó a las instituciones educativas primarias de la ciudad e invitó a alumnas y alumnos a construir sus propios cometas, los que fueron remontados en la mañana del viernes 12. Al respecto, las maestras de la Escuela Primaria Nº 63 Almirante Brown explicaban que “el evento nos gusta porque reúne a las familias. Se hace una integración de la escuela con la comunidad. Es algo diferente que ocurre fuera de la institución y el barrilete es algo tradicional, en un tiempo donde los chicos están tanto en la compu, que puedan realizar los barriletes y venir a remontarlos al aire libre es muy interesante”.
Lo que se viene
El viernes 12 de septiembre, a las 19.30, en el Patio Cívico del Monumento Nacional a la Bandera, Pintemos el Cielo de Rosario tendrá su noche de gala, en la que los rosarinos podrán deleitarse con danza sobre patín, en coreografías con barriletes para vuelos indoor, con dirección de Gustavo DiSi, y rutinas de danzas y vuelo con el equipo Bogotá 2.600, de Colombia, al tiempo que en el Parque a la Bandera se podrán ver cometas con luces y gigantes.
En tanto, el sábado 13 y el domingo 14, en el Scalabrini Ortiz, habrá de todo para todos. Cometas de un hilo, vuelos acrobáticos, gigantes voladores, prácticas, junto a amigos como BaToCo, que acompaña el evento desde sus inicios; la agrupación Apudi (Paraguay) en su segundo año y, por primera vez en Rosario, Bogotá 2.600 y Club Kogui, ambos de la ciudad capital de Colombia, además de Hans-Peter Böehme (Alemania), que participa con sus talleres de mini barriletes.
Sobre el Festival de Barriletes
Organizado por la Secretaría de Cultura y Educación y por Pintemos el Cielo Eventos, el festival se realiza en forma consecutiva desde el año 2001 en el espacio público de avenidas Central Argentino, Alberdi, Mongsfeld y Gualberto Venesia, abarcando un fin de semana de principios de septiembre.
La iniciativa cuenta con el auspicio de Unicef desde 2005 y fue creciendo en adhesiones desde su primera edición, superando las 100 mil personas. Tiene por finalidad despertar un interés renovado por lo lúdico. Se basa en la simpleza del goce por el divertimento de realizar una labor milenaria: remontar una cometa, conocimiento trasmitido de abuelos a nietos que cumple la maravillosa misión de aunar generaciones.
El festival cuenta con importantes visitas internacionales. Este año, Edgar Gómez del grupo APUDI (Paraguay), comentaba: “Estamos por segundo año consecutivo formando parte de este festival. En Paraguay se habian perdido muchos espacios verdes de la costanera, por la represa de Yaciretá. Hoy en día se recuperó eso y tenemos una costanera de 27 km con mucho verde, entonces decidimos juntarnos el grupo de amigos que estábamos siempre disfrutando ese espacio, y volvimos a revivir este juego que de chicos lo hacemos con tanto gusto y ahí armamos la agrupación para seguir fabricando y remontando pandorgas (barriletes). Cuando remontamos las pandorgas, sentimos que tocamos el cielo con las manos”.
Un poco de historia
Existen registros históricos que se remontan a China, en el período de la Dinastía Han (206 A.C. – 220 D.C.), en donde un general de guerra construyó un enorme barrilete, mediante el cuál un soldado remontó vuelo para poder ver a las tropas enemigas desde la distancia.
En el siglo VII, los barriletes llegaron a Japón, donde los monjes budistas los remontaban utilizándolos como talismanes para ahuyentar los malos espíritus. A su vez, en pinturas antiquísimas Indias, se puede apreciar cómo un enamorado enviaba cartas a su amada, barrilete mediante. En Tibet, remontar barriletes es uno de los deportes más practicados y adquirió popularmente el título de deporte nacional.
Varios años más adelante en la línea del tiempo, son conocidos los relatos de la primera guerra mundial, donde se utilizaban barriletes con cámaras para espiar a los ejércitos enemigos. Y terminando la década de 1980, se popularizó como deporte en occidente, cuando comenzaron los circuitos para barriletes acrobáticos.
En nuestro país, la actividad tiene carácter popular. Como bien lo compartía Susana Fandiño, de la Secretaría de Cultura y Educación, una de las referentes del evento, “la cultura del barrilete se transmite de abuelos a nietos, generando un pasaje intergeneracional. Es algo que necesita si o si, compartir, ya que se precisa alguien que sostenga el barrilete y alguien que lo remonte. Es una práctica que tiene un profundo sentido colectivo y social”.