25 de noviembre

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La Secretaría de Control y Convivencia concretó múltiples intervenciones en zona sur

Este jueves, personal municipal clausuró un polirrubro sin habilitación y desmanteló una casilla que, según las denuncias, funcionaba como "aguantadero".

Durante la jornada del jueves, personal de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana llevó adelante una serie de intervenciones en la zona sur de la ciudad. Por un lado, tiró abajo una construcción precaria que, según denunciaron los vecinos, funcionaba como "aguantadero" para consumo de sustancias. Además, se clausuró un local polirrubro que no contaba con habilitación para el funcionamiento e incurría en múltiples faltas.

Se llevó a cabo un procedimiento especial para desmantelar una casilla ubicada en Ayacucho entre 27 de Febrero y Gálvez, luego de varias denuncias de vecinos. Según los habitantes de las inmediaciones, allí se juntaban personas con consumo problemático de alcohol, que en oportunidades acosaban a mujeres del barrio. En consecuencia, se procedió a tirar abajo la construcción y de esta forma recuperar el espacio público para el barrio.

"La ocupación ilegal del espacio público impide la libre circulación de los vecinos y genera un contexto de inseguridad que no toleramos como Estado municipal. Nuestra responsabilidad es garantizar para los ciudadanos contextos de convivencia, con calles abiertas y seguras que sean de todos", destacó el secretario de Control y Convivencia Gustavo Zignago

Por otra parte, agentes de la Guardia Urbana Municipal clausuraron un local en 24 de Septiembre y Grandoli que no contaba con la habilitación pertinente y producía chacinados en pobres condiciones. El lugar se presentaba como pollería, pero en realidad funcionaba ilegalmente como polirrubro: allí se confiscaron casi mil artículos pirateados que estaban exhibidos para la venta en las mismas instalaciones.

Al llegar, el personal municipal se encontró con que las condiciones de salubridad e higiene eran deficientes. En ese marco de condiciones precarias y ausencia de profilaxis, se elaboraban chorizos para la venta sin permisos. Se le dió intervención al Instituto del Alimento que detectó además la presencia de heces de roedores. Se procedió a la clausura y al secuestro de 25 kg de carne en mal estado y de 877 cds pirateados y 10 pares de lentes.

En este sentido, Zignago expresó: “Como organismo de control es nuestra tarea estar presentes en cada punto de la ciudad para resguardar la integridad y la salud de los vecinos de algunos comerciantes que inescrupulosamente nos ponen en riesgo a todos”.