22 de noviembre

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Ludueña cerró el Mes de las Infancias con dos grandes festejos

El lunes y el miércoles, niñas y niños del noroeste fueron protagonistas de su barrio y disfrutaron colectivamente de las propuestas integradoras programadas por municipio y provincia.

La Municipalidad y el gobierno provincial, a través del Plan Abre, en conjunto con referentes y organizaciones territoriales, hicieron que más de 400 familias de barrio Ludueña se apropiaran del club Padre Montaldo y del Centro de Convivencia Barrial (CCB) Ludueña Sur para vivir una jornada diferente entre juegos infantiles, deporte, música, dibujos, acrobacia y clowns, cerrando de este modo el extendido Mes de las Infancias rosarino. Las actividades apuntaron a promover el derecho al juego y la recreación en espacios públicos como estímulo para el desarrollo social de la niñez.

El lunes 3, con una tarde a pleno sol, la canchita de 11 del club Padre Montaldo, ubicada en Tte. Agneta y Casilda, se convertía en uno de los escenarios elegidos por los más pequeños. Mientras el personaje Orestes Muñante (encarnado por el actor Manuel Baella) les daba una cálida y divertida bienvenida, la música, los colores y un trapecio gigante atraían la atención de las niñas y niños de este barrio que llegaban para compartir este espacio en el que más de 200 pibes hoy practican deportes.

Haydé, dirigente y creadora junto a su marido del club Montaldo e impulsora de esta actividad, recordó que el predio era antes un baldío en el que se tiraban desechos, en contraste con lo que es hoy, un lugar esencial en la vida de los habitantes de la zona.

Asimismo, detalló que sin el esfuerzo de vecinas y vecinos y la intervención conjunta y articulada con el municipio y la Provincia, que los asistieron cediendo el espacio, nivelando el terreno, haciéndole un cerco perimetral e iluminándolo, el lugar no hubiera sido posible. Prácticas deportivas diarias, actividades recreativas y jornadas para juntar fondos para que los niños sean parte de la liga de fútbol rosarina son algunas de las actividades que allí se realizan.

“Yo pensé este espacio por mis hijos y todos los del barrio. Con mi marido estamos todos los días acá recibiendo a niños de 5 a 12 años que entrenan en la canchita de 7 y de 12 años en adelante, que practican en la de 11. Es un gran esfuerzo que hacemos, trabajamos y venimos porque este lugar es nuestra vida”, amplía Haydé, y aclara: “Nos cuesta mucho, pero ver lo que logramos en los niños nos llena de orgullo. No es nuestro este lugar, es de todos ellos que se lo apropian, lo respetan y lo cuidan”.

El festejo en el club contó con la presencia de juegos y el show de Tallarín con Banana, dos payasos que cautivaron al público con sus juegos acrobáticos y situaciones clownescas espontáneas. La producción técnica estuvo a cargo de la cooperativa Cronopios y en el marco del programa de intervención integral y territorial Nueva Oportunidad, la producción del evento estuvo a cargo de chicas y chicos de entre 16 y 28 años del barrio Ludueña como práctica del taller de Producción de eventos culturales al que concurren en Sala Lavardén. No faltó la merienda y los niños pudieron degustar de un nutritivo jugo acompañado de tortas realizadas por la Comunidad Sagrada Familia.

A pasos del club, los festejos continuaron a través del Plan Abre el miércoles 5 junto al Centro de Convivencia Barrial (CCB) Ludueña Sur y el Centro de Salud Roque Coulin, que convirtieron la calle Formosa en un pasaje lúdico para los niños y niñas del barrio.

También con otra tarde a pleno sol, en medio de la arboleda que delimita la cuadra frente al CCB, vecinos y vecinas disfrutaron de una jornada en la que la rayuela, el tatetí gigante, los juegos de destreza, la pintura artística y el arte inclusivo invitaron a niños y niñas del barrio a volver a jugar en la calle. El espacio se vistió de pequeños guardapolvos a cuadrillé celestes, rosas y blancos que recorrían cada uno de los dispositivos lúdicos que se encontraban a disposición para ser intervenidos. Mientras los partiditos de fútbol se iban armando, otros jugaban al metegol, se pintaban, se disfrazaban y entre hilos y crayones iban armando sus propias obras.

La jornada se dio en un ambiente amigable y familiar. Un espectáculo unipersonal a cargo del personaje Martillo, de Impacto Circo, despertó con sus acrobacias desafiantes la emoción y la sonrisa de todo un barrio. Finalmente llegó el momento de la merienda, con una chocolatada refrescante para compartir entre todos, mientras llegaba un cierre de lujo junto a la Orquesta de Barrio Ludueña que, ovacionada por los aplausos de todas las familias del barrio, culminaba una jornada llena de sorpresas en la que los niños y niños disfrutaron de las calles de su barrio.