23 de noviembre

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Cuidar es querer: recomendaciones para los encuentros afectivos con adultos y adultas mayores

Es muy importante respetar el horario y la cantidad de personas permitidas (máximo 10), procurar que sean breves (no reunirse todo el día), ventilar ambientes, higienizarse y no compartir el mate.

La “fase del respeto” restauró una de las instancias más anheladas por todos y todas durante el aislamiento: las reuniones afectivas. Ante esto, desde el municipio se remarca la importancia de sostener los protocolos sanitarios durante los encuentros y reforzarlos aún más cuando participen adultos y adultas mayores, la principal población de riesgo.

La posibilidad de encontrarse y acompañarse es tan importante para el bienestar de adultos y adultas mayores como la necesidad de continuar con las precauciones para cuidar de su salud. Es por eso que se insiste sobre las medidas a tomar durante las reuniones afectivas: respetar el horario y la cantidad de personas permitidas (máximo diez), procurar que sean breves (no reunirse todo el día), ventilar los ambientes, lavarse las manos, mantener la distancia y no compartir el mate.

Además, se recomienda que el adulto o adulta mayor utilice cubrebocas o mascarilla facial en todo momento posible. “Cuidar es querer”, sintetizan desde la Dirección de Adultos y Adultas Mayores del municipio, un dispositivo que fue y es clave para acompañar a esta población en un momento de multiplicación de complejidades.

A raíz de la pandemia, desde dicho espacio implementaron Rosario Cuida a los Grandes, un programa de cuidado y cercanía a los adultos y adultas mayores de la ciudad, que incluyó contención psicológica (telefónica y virtual) y asistencia a domicilio para realizar compras o mandados.

“Este escenario que apareció a partir de marzo, nos obligó a repensar todas las acciones que tiene la Dirección de Adultos y Adultas Mayores, pensar en un acompañamiento diferente al que veníamos haciendo”, contó Sonia Mansilla, directora del área municipal que, además de responder en esta situación de emergencia, centraliza múltiples actividades recreativas pensadas para este grupo etario, como una oferta estable de decenas de talleres anuales o las colonias de verano en temporada.

“Lo que se implementó fue la posibilidad, para aquellos que podían tener acceso a las redes o a Whatsapp, de armar de forma virtual las actividades que veníamos haciendo en presencial. Es decir que los talleres no solo se pudieron sostener sino que se han ampliado a mayor cantidad de adultos mayores”, explicó la funcionaria.

Mantener esos espacios es central para el bienestar de sus participantes, ya que permite sostener el vínculo con compañeros y compañeras.

“Además de las actividades, también hicimos acompañamientos telefónicos, para charlar con el adulto o adulta sobre cómo transitaba el aislamiento, en situaciones donde a veces había mucha soledad y mucha angustia. Si bien eso sigue de cierta forma, notamos que ha disminuido desde que se abrió la posibilidad de los primeros encuentros familiares”, aseguró Mansilla.

Cabe remarcar que es en esta nueva etapa de distanciamiento donde se vuelve central la intersección de cuidados: estar presente y encontrarse, y también mantener e incrementar las precauciones. “El adulto mayor pregunta bastante en general, llama para sacarse dudas sobre qué se puede, qué no, qué se habilita. Es decir que son responsables y toman precauciones. Creo que lo más importante en este momento son las recomendaciones para el grupo afectivo del adulto mayor”, reforzó Mansilla.

Desde la Dirección entienden que todo contacto de cercanía es importante. Sin embargo, también saben que “los encuentros presenciales dieron lugar a que muchos adultos pudieran volver a sentirse bien y por eso son muy importantes”.

“Las familias tienen que entender que las condiciones básicas de los protocolos no se pueden negociar. Sabemos que los adultos mayores son la principal población de riesgo, y el hecho de que sean familiares no quiere decir que puedan relajarse en el encuentro presencial. Al contrario, los familiares son los principales responsables de cuidarlos en ese momento”, explicó.

Es por esto que, desde la Secretaría de Salud Pública municipal, insisten en que la frecuencia de las reuniones afectivas debe ser controlada y dosificada. Algo importante, teniendo en cuenta los patrones de posible contagio, es que no se reúnan entre más de dos o tres núcleos convivientes.

"Si se juntan diez personas, de diez núcleos convivientes, multiplicamos la posibilidad de contagio, porque esas diez personas luego se reunirán cada uno con sus familias o con otros grupos. Si son pocos los núcleos convivientes, hay menos riesgo de propagación”, explicaron desde el área sanitaria.

Esto es fundamental para considerar el riesgo al que pueden exponerse los adultos o adultas mayores de la familia si su grupo afectivo no respeta los protocolos y recomendaciones.

“El respeto es una forma de cuidado”

Pablo Urbaitel, miembro del equipo de la Dirección de Adultas y Adultos Mayores, profundiza el análisis de la coyuntura y piensa en la pandemia como una oportunidad para hacer frente a un escenario preexistente. “El problema de la soledad y el aislamiento de adultos y adultas mayores ahora se percibe con más fuerza pero viene de al menos las últimas cuatro décadas. La pandemia no inaugura este problema, sino que lo agudiza. En eso me parece importante poner el ojo”, dijo.

Quizás porque la cuarentena puso a personas de todas las edades en esa misma situación de aislamiento y soledad, o quizás por la urgencia y el temor que genera reconocerlos como la principal población de riesgo, “por primera vez, se visibiliza en la agenda pública la problemática de los adultos mayores”.

Entonces, “es una excelente oportunidad para repensar el vínculo que como sociedad tenemos con los adultos mayores y nos concienticemos”, propuso Urbaitel. Según explicó, vivimos en un modelo social que podría denominarse gerontofóbico, donde “se privilegia lo joven, nadie quiere llamarse viejo, y los adultos mayores están invisibilizados y ausentes de afecto, acompañamiento y respeto por parte de la población en general”.

“Hay una mirada sobre los adultos mayores donde se los subestima, donde no se los reconoce como sujetos con derechos, autónomos, que deciden por sí mismos”, amplió. Y en este sentido, aseguró que respetar esa autonomía y "reconocerlos como sujetos empoderados" es muy importante para el bienestar de las personas de este grupo etario.

“Hoy cualquier tipo de contención es importante. Llamarlo, contenerlo, demostrarle cariño. En el caso del cuidado intrafamiliar en un modelo intergeneracional, donde conviven varias generaciones, es importante tratarlos con respeto. El respeto también es una forma de cuidado”, concluyó Urbaitel.