23 de noviembre

Participación

Infancias
Distritos
Desarrollo Humano

Rosarinos de todos los barrios reflexionaron sobre el acompañamiento a las infancias durante la pandemia

Fue en un encuentro virtual donde el psiquiatra y psicoterapeuta Lucas Raspall, compartió su mirada con miembros de los Consejos Barriales.

El miércoles 22 de julio, rosarinas y rosarinos que vienen participando de las reuniones de los Consejos Barriales, se sumaron a un encuentro virtual, donde el psiquiatra, psicoterapeuta y subsecretario de Desarrollo Humano municipal, Lucas Raspall, disertó sobre las necesidades de las infancias en este tiempo de distanciamiento social.

La actividad tuvo una gran convocatoria y los participantes la valoraron positivamente. “La propuesta me interpela como mamá y como educadora. Nuestras formas de vida, la urbana sobre todo, nos han alejado del tiempo dedicado al estar, al acompañar, ser pacientes: mucho de los estados que necesita la infancia para su desarrollo amoroso y saludable.”, detalló Claudia Sánchez, una de las participantes de barrio Latinoamérica.  

Por su parte, Miriam Ontuño, directora del Jardín N°1261 de barrio Puente Gallego, valoró la mirada de Raspall hacia el trabajo que súbitamente tuvieron que poner en marcha las escuelas, y expresó: “La charla me dejó pensando, rumiando posibles respuestas, a conciencia y respetuosas de cómo encontrar algún camino donde, este año tan particular, tan complejo, tan dificil que se está atravesando, sea una oportunidad para volver a pensar en el otro, respetarnos, desarrollar la empatía, la solidaridad". También Valeria Beltrame, de barrio Tablada, manifestó: "Fue una guía que nos ayuda a los padres para repensar la crianza y la realidad de nuestros hijos". 

El desafío de hacernos preguntas

Luego de una cálida bienvenida a cargo de los equipos de la Subsecretaría Municipal de Vinculación Ciudadana y la apertura del encuentro, moderado por la periodista Florencia O´Keeffe, Raspall manifestó sus objetivos para la charla: “Quiero dejar claro que mi intención es dejar preguntas. Respuestas tengo muy pocas, pero sí tengo muchas preguntas. Prefiero que cada uno de nosotros vaya buscando respuestas, en todo caso, con alguna sugerencia del camino que yo pudiera hacer por esto de conocer algunas cuestiones sobre la crianza”.  

Al concluir el encuentro, el psiquiatra reparó en el mismo punto del inicio: “Debemos aprender a hacernos buenas preguntas porque son esas buenas preguntas las que nos conducen como padres. De esto va lo que nosotros llamamos hoy la paternidad o la maternidad conciente. Esto es demorarnos cada día para pensar sobre lo que hacemos.”

Y amplió: “Si nos hacemos buenas preguntas, siempre vamos a estar más cerca de construir buenas respuestas. Si no nos hacemos preguntas, hay muchas más chances de que no hagamos las cosas conforme a las verdaderas necesidades que tienen nuestras niñas y niños.”

Amortiguar los daños

Entre las consultas de los participantes, uno de los temas más recurrentes fue la preocupación por cuánto o qué tipo de daños puede generar la situación de aislamiento en la vida de niñas y niños.

Al respecto Raspall expresó: “Me preocupa un poco poner esto en términos de cuánto daño les va a causar, porque eso nos paraliza a nosotros como padres y como madres, nos asusta, a veces nos hace replegar, tomar conductas que no son las asertadas”. Y agregó: “Yo creo que más debieramos pensar en qué cosas están necesitan para que el impacto de esta situación, que ciertamente es una situación contraria a sus necesidades, sea menor”.

En la misma dirección indicó: “Si esta situación tiene capacidad de hacer daño, nosotros tenemos la responsabilidad de ser quienes amortiguen el impacto. ¿Cómo se amortigua? Teniendo una mirada sensible que permita interpretar cuáles son sus necesidades, porque son distintas para cada quien, en esta misma tormenta, y así ponernos en marcha aminorar el impacto lo máximo posible.”  

Aprender a comunicar las emociones

Otro de los interrogantes destacados del encuentro fue el grado y el modo en que los adultos debemos manifestar a los infantes nuestras emociones negativas. 

“No creo que nosotros como adultos debieramos mostrarnos siempre imperturbables, porque eso les estaría mostrando a ellos un mundo que no es real.”, afirmó Raspall y explicó: “A nosotros también nos pasan cosas y está bueno que les enseñemos que, como a nosotros nos pasan cosas, ellos también deben intentar coordinarse con nuestras necesidades”. 

Acto seguido advirtió que es necesario entender que niños y niñas tienen una capacidad determinada para gestionar las emociones. "Si nuestras emociones se van por encima del techo de su capacidad, nuestro desborde los desborda”, aseguró.

Cultura del respeto

A lo largo de la conversación, el subsecretario de Desarrollo Humano enfatizó en el rol de los adultos para garantizar los derechos de las infancias y la familia como ámbito de construcción de una cultura más respetuosa para con los niños y niñas, destacando al mismo tiempo el valor multiplicador de este tipo de encuentros.  

“Lo que quiero capitalizar este encuentro es entendamos que nosotros debemos ser garantes de sus derechos, de que el trato en casa sea lo mejor que podemos dar, de que no los atropellemos más, que miremos qué cosas necesitan”, señaló Raspall.

“Si logramos hacer eso en nuestra propia casa, seguro quien vive al lado va a estar  mirando y eso tiene un potencial de semilla, de ir sembrando una cultura distinta, una cultura de respeto por las infancias”, cerró el funcionario.