Rosario en el Vaticano: el rol de las ciudades en el abordaje de problemáticas globales
Esclavitud moderna y cambio climático son los ejes del Coloquio en el que participa Mónica Fein junto a representantes de otras 49 urbes convocadas por el Papa.
La intendenta Mónica Fein participa este martes 21 y el miércoles 22 de julio en el Coloquio Internacional titulado Esclavitud Moderna y cambio climático: el compromiso de las ciudades, que se está desarrollando en la Casina Pío IV, ciudad del Vaticano, donde tienen su sede la Academia Pontificia de las Ciencias y la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales.
La invitación fue cursada por el propio Papa Francisco, que convocó a 50 de las ciudades más importantes del mundo, entre las que se encuentra Rosario, para generar conciencia sobre dos urgencias que actualmente afectan al mundo: las formas de esclavitud moderna (incluida la trata de personas) y el cambio climático, dos problemáticas en las que la ciudad de Rosario ha tenido una labor destacada en los últimos años.
Este especial simposio reúne a los líderes de los gobiernos locales y a otros profesionales del desarrollo urbano para reflexionar sobre cómo las ciudades pueden impulsar la implementación de la nueva agenda de desarrollo sostenible y forjar una hoja de ruta para su consecución.
El encuentro tiene lugar sólo dos meses antes de que los jefes de Estado y de Gobierno se reúnan en Nueva York para aprobar los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible (será en el mes de septiembre) y 4 meses antes de las negociaciones sobre el clima en París, por lo que el evento ofrece una oportunidad crucial a los líderes de las ciudades para empezar a considerar objetivos claros y cuantificables que demuestren su dedicación por un mundo más justo y sostenible.
La convocatoria, sin precedentes, destaca el rol que desde el Vaticano se le quiere dar a los municipios por su mayor proximidad con la gente. Según señalan desde la Academia Pontificia, los gobiernos de las ciudades están llamados a desempeñar un papel fundamental a la hora de resolver el urgente problema planteado por los dos ejes que se abordarán en el Coloquio.
En ese sentido, Rosario se destacó en los últimos años por su participación activa en diversos foros y organizaciones internacionales, siendo una referencia en muchos de esos espacios. Actualmente, la ciudad ocupa la Secretaría Ejecutiva de Mercociudades, la red que reúne a cerca de 300 intendentes, prefeitos, alcaldes y gestores locales de las ciudades que conforman el Mercosur.
Asimismo, Rosario es miembro de la Red de Alcaldes por la Paz, que nació en 1982 en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, por iniciativa del alcalde de Hiroshima, Takeshi Araki. Allí propuso un programa para Promover la Solidaridad entre Ciudades para la Abolición Total de las Armas Nucleares.
Además, la ciudad forma parte de la Red de Ciudades Educadoras y se encuentra a cargo de la organización del XIV Congreso Internacional del organismo, que se llevará a cabo el próximo año.
Por otra parte, Rosario integra el comité de expertos de la iniciativa de ciudades emergentes y sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en reconocimiento a sus políticas en materia de sostenibilidad y combate al cambio climático.
La visión del Papa Francisco
El pasado 18 de junio, el Papa Francisco dio a conocer una nueva encíclica que trató sobre el medio ambiente y la ecología humana. En ella, el Sumo Pontífice expuso sus argumentos teológicos, científicos y morales para desarrollar estrategias contra el cambio climático, que tildó de “urgentes e imperiosas”. El documento se concentró en las consecuencias del cambio climático, que azotan con mayor fuerza a las personas más vulnerables del planeta, siendo que ellas ni siquiera disfrutan de las ventajas de usar los combustibles fósiles.
En este marco, el calentamiento global es una de las causas de la pobreza y de las migraciones forzadas, favoreciendo la trata de personas, el trabajo forzado, la prostitución y el tráfico de órganos. Se estima que más de 30 millones de personas son víctimas de la esclavitud moderna, traficadas en un mercado con ganancias ilegales que se calculan en 150 mil millones de dólares al año.
Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha adoptado una postura firme contra la esclavitud moderna, exhortando a todas las comunidades a rechazar rotundamente y sin excepciones toda privación sistemática de la libertad individual con fines de explotación personal y comercial.
Una de sus iniciativas, el Grupo Santa Marta, reúne a obispos y organismos policiales de todo el mundo. Este grupo subrayó la necesidad de que las autoridades locales brinden su apoyo a los jefes policiales en la lucha contra las formas modernas de la esclavitud.
El 2 de diciembre de 2014, el Papa Francisco y otros líderes cristianos, musulmanes, hindúes, budistas y judíos suscribieron una declaración conjunta de los líderes religiosos contra las formas modernas de la esclavitud.
El 28 de abril último, durante otro encuentro que se celebró en la Casina Pío IV y que se llamó Proteger la tierra, dignificar a la humanidad, las Academias Pontificias, junto con las Naciones Unidas y los líderes religiosos, se comprometieron a enfrentar esas dos urgencias globales. La contribución activa de los gobiernos locales es crucial en la lucha contra este delito atroz.