25 de noviembre

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Cultura

FilRos 2023: pluralidad de voces, diálogos para repensar el decir, poesía, un viaje a la vida de Fito y más en el día 8

La jornada del miércoles 9 de marzo estuvo atravesada por una rica diversidad de propuestas: actividades para las infancias, distintos conversatorios, poesía y una charla sobre Páez, entre otras.

En la jornada del miércoles 9 de agosto las actividades programadas fueron reuniendo desde la tarde a una audiencia ávida de nuevos conocimientos y experiencias. El puntapié inicial fue con Un acercamiento al hacer historieta en Argentina. Experiencias y Proyección. Allí, Carlos Barocelli, dibujante a cargo de la escuela que lleva su nombre, brindó una charla orientada a las infancias en la que explicó todo lo relativo al detrás de la historieta, quiénes son los protagonistas en el proceso creativo (guionista, dibujante, colorista, editor), cuáles son sus elementos y más. Un diálogo introductorio y cálido en el que las y los niños pudieron aprender y disfrutar de algunas obras del artista a través de un marco didáctico y relajado.

Con eje en las infancias también fue el taller de escritura de cuentos para alumnas y alumnos de escuela primaria dictado por Héctor “Pepo” Foulques. El escritor y docente, autor de Demasiado miedo, obra para niñas y niños a la venta en la Feria, presentó un video dirigido a las infancias y remarcó la importancia de crear juntos y dejar volar la imaginación. Acto seguido, invitó a que las y los alumnos de primaria realizaran una tormenta de ideas para comenzar a escribir un cuento entre todas y todos. Así se fueron incorporando propuestas sobre dónde podría transcurrir la historia –un bosque, escuela, cementerio, iglesia- hasta ir gestando una creación colectiva que sorprendió por su variedad e ingenio.

Una invitación a deconstruir el decir y decirle no al racismo y la discriminación

De gran carga emotiva fue la presentación del libro Papiyon Nwa (Mariposa negra), a cargo de Robenson Glésile, haitiano radicado en Rosario, activista antirracista, miembro del grupo de estudios sobre Migraciones UNR y cofundador de la Fundación Jèn Mapou. Glésile estuvo acompañado por Ritho Aceus (haitiano, librepensador, filántropo, médico egresado de la UNR y fundador del Movimiento Universal Antidiscriminación), Cecilia Benítez Carracedo (cubana residente en Rosario, comunicadora Social por la Universidad de La Habana, afrofeminista decolonial en construcción, especialista y consultora en Gestión de Proyectos y Cooperación Internacional) y Rubén Chababo (profesor en Letras, docente y miembro de la Maestría de Estudios Culturales, UNR).

Con una introducción de gran bagaje intelectual, Chababo explicó a grandes rasgos las diferentes temáticas del libro. “Son los ojos de un migrante que miran una sociedad, pero también cómo esa sociedad mira a ese migrante. También está la historia de un país en un proceso de disolución, hackeado en sus estructuras institucionales de una manera inclemente y brutal, no solo por responsabilidad de haitianos sino por intereses internacionales. Y que fue duramente golpeado por un terremoto".

Quien luego tomó la palabra fue la cubana Benítez Carracedo que habló la reafirmación de la negritud, el orgullo que representa ser quién es: “Desde que llegué acá, decir que soy negra y afro es un posicionamiento político, de reivindicación. Pero no sólo desde la lucha o del dolor, sino de todas las historias de nuestros ancestros y ancestras”. Por otro lado, Ritho Aceus invitó a no dar por sentada la manera en la cual nos expresamos y cuestionar distintas formas del decir que están asentadas en la cultura argentina, en la que muchas veces prima una mirada europeizante, que desconoce las raíces afro de muchas y muchos que de los que habitaron este lado del mundo. Aceus ejemplificó con frases que con frecuencia se escuchan en la cotidianeidad y se naturalizan (“trabajar como un negro”) o las connotaciones que se dan en torno a lo negro. "Si vas a una verdulería, hay papa negra y blanca y la negra sale más barata. Es como que a veces lo asociado a lo negro es malo”, subrayó.

A la hora de su intervención, Robenson Glésile afirmó: “Es una alegría enorme para mí estar en esta presentación en la Feria del Libro de mi ciudad. Me encanta decirlo así, es mi ciudad. Hace doce años que vivo acá y creo que a través de este libro estoy tratando de cuidar a Rosario. Si hay cosas que vemos que podemos cambiar, creo que sería muy interesante tocar los temas que molestan”. El escritor haitiano narró cómo fue su llegada a la ciudad, exhibió un pedazo de diario (el papel de periódico que envolvía la media docena de huevos que había comprado en aquel momento) con el que comenzó a tratar de aprender el idioma y expresó con firmeza: “Migrar es un derecho”.

El autor describió las dificultades del migrante, distintos aprendizajes en torno a su propia migración: “Las calles rosarinas me han transformado bastante”, confesó y resaltó el valor de la memoria, realizando un paralelo entre Argentina y Haití. “En Haití tuvimos 29 años de dictadura, hasta 1986. No sé si poner la palabra democracia al lado de Haití, no sé si en algún momento tuvimos una sociedad democrática. Las sombras de la dictadura atraviesan las calles, las escuelas, todo.”, reveló. También recordó a su madre, que falleció hace 19 años, con una gran dosis de emotividad: “No sé qué diría mi madre hoy, porque no sabía leer ni escribir, pero seguramente diría ‘Sé que todo lo que haces, está bien’. Y cerró: “Gracias por estar acá, por acompañarme. Amamos a esta ciudad y a la Argentina, así que vamos a seguir luchando." Todo finalizó con una foto de todos los protagonistas y el público y la lectura de un fragmento del libro a cargo de una participante de la charla.

En el mismo horario, pero en la sala Beatriz Guido se presentó Valor Rosario, mesa de escritores rosarinos, con la presencia de Patricio Raffo, María Paula Alzugaray, Florencia Lo Celso, Marcelo Cutró y Tona Taletti. “El objetivo de la asociación cultural Valor Rosario es poner en valor la esencia, la identidad rosarina, su ADN virtuoso, su cultura y su legado", expresó Miguel Culaciati, coordinador de la charla y fundador de Valor Rosario. Luego tomó la palabra Florencia Lo Celso, quien aseguró que ama a Rosario: “La vivo, la quiero y la deseo. No es poco que tenga un nombre tan hermoso de mujer: Rosario”. Lo Celso detalló también cómo se conectó con la literatura desde su juventud y leyó un texto poético que la identifica con la ciudad. Siguió Antonia “Tona” Taletti, describiendo cuán presente está la ciudad en sus textos y también leyó una de sus obras. Lo mismo hicieron el resto de los escritores, que captaron la atención del público con la forma de contar aquello que está escrito y llevarlo a la imaginación de quien escucha.

También se llevó a cabo la actividad Biografías corales y trabajo de archivo para narrar el arte argentino de la post-dictadura. Allí, Irina Garbatzky (Los ochenta recién vivos. Poesía y performance en el Río de la Plata, Beatriz Viterbo) y Hernán (La poesía está en ser uno. Los libros de Vicente Luy, Beatriz Viterbo) dialogaron con Julia Musitano a partir de materiales audiovisuales que recuperan las figuras de Fernando Noy, Batato Barea, Alejandro Urdapilleta y Vicente Luy. Se reprodujeron fragmentos de viejas entrevistas de Vicente Luy, se recordó a Batato Barea y se produjo un intercambio y puesta en común de todos estos autores que marcaron un momento fundamental en la Argentina luego de la recuperación de la democracia. Hablando del fallecido Vicente Luy, resultó de valor agregado el testimonio de Hernán, quien era amigo personal del poeta que llegó a publicitar un libro de poesía a página entera en una revista Rolling Stone en 2003. “Nadie hizo eso”, recordó Hernán.

Minutos más tarde, mediante la presentación de Ariadna Palos y Paula Elwart, se dio comienzo a las lecturas de Fernanda Jurado, Santiago Hernández Aparicio, Martina Sierra, Florencia Giusti, Andrés Boffelli, Sergio Chaparro y Manuel Bozzo, todos ganadores y finalistas del Concurso Municipal de Poesía Felipe Aldana 2023 de la Editorial Municipal de Rosario. Gran afluencia de público joven se vio aquí, confirmando lo que el lunes 7 decía Martín Kohan: que es un mito que la juventud no lee. Paralelamente, en la sala Beatriz Vallejo, Evelyn Arach, periodista (Crónicas Urbanas) presentó Biblioteca Presente junto a Eugenia Craviotto Carafa (cantante de Mamita Peyote) y China del Río. Además, Carlos Aletto presentó su libro Once Segundos en el auditorio Angélica Gorodischer.

Páez, siempre Páez. La vida de Rodolfo en un diálogo sobre su obra

De especial interés para fans de la música fue la charla Fito Páez. Una vida de ficción, una historia del rock nacional. Coordinada por Juan Carrión, tuvo como protagonistas a los periodistas Alfredo Rosso, recientemente nombrado Personalidad Destacada de la Cultura en la legislatura porteña y Horacio Vargas, uno de los fundadores de Rosario/12, propietario del sello discográfico Blue Art y autor de Fito Páez. La vida después de la vida; Homo Sapiens.

Entre anécdotas y relatos, analizaron la obra del creador de Giros, su discografía, cómo la tragedia lo impulsó a crear esa magnífica obra llamada Ciudad de pobres corazones y más. En definitiva, como un polaroid de locura ordinaria, la charla fue realizando giros brillantes sobre el mic (los mics, en realidad) de los protagonistas, permitiendo desgranar a aquella figura del 63' que dio sus primeros pasos en la ciudad, Rosario, su ciudad, que siempre estuvo cerca.

Vargas comenzó detallando su vínculo con Páez y leyó un texto especialmente escrito para la ocasión que guardaba relación con Fito y la “rosarinidad”. Luego se proyectaron viejos videos del músico tocando en vivo y narró una experiencia en la que Páez le mostró una canción que había compuesto y que a Vargas no le gustó. “Evidentemente cometí algunas equivocaciones en mi vida y ésta fue una de ellas, porque el tema fue un hit”, dijo, entre risas, el periodista.

Alfredo Rosso, por su parte, destacó que Paéz abrazó el folclore y el tango, sin caer en ningún tipo de prejuicio. También recordó el show reunión de Los Gatos en la plaza San Martín, ocurrido en 2007, recital en el que Litto Nebbia invitó a Páez a cantar La balsa. “Me acordé también de ese chico que fui y cómo apareció el rock argentino en 1967 de la mano de un rosarino como Litto Nebbia, quien puso los ladrillos fundacionales de nuestro rock”. Además, evocó la primera vez que vio a Fito, en el festival de La Falda de Córdoba, en el año 1982, junto a Juan Carlos Baglietto y otros miembros de La Trova Rosarina. Y destacó: “Hay gente de diferentes edades aquí que ama la música de Páez, esa música que fusiona estilos y tendencias, con links a grandes referentes de otros géneros y del propio rock nacional”.

Rosso repasó las grabaciones con Luis Alberto Spinetta, Charly García y otros artistas, y caracterizó a los años 80 en la música argentina. “Esa generación ya no habla tanto del yo colectivo ni de las utopías de cambio, es mucho más hedonista”, afirmó. Fito Páez encarnaba la resistencia (“Yo vengo a ofrecer mi corazón), la oscuridad fruto del dolor (“Ciudad de Pobres Corazones”), el renacimiento (“Tercer Mundo” y “El amor después del amor”). En ese sentido, el periodista porteño comentó: “Me gusta la idea no de canonizarlo y subirlo a un pedestal, sino de hablar acerca de la verdadera importancia de un artista que volvió a traer una visión humanística y de utopías personales y colectivas en medio de una década que fue un poco más fría y deshumanizada. Fito nunca perdió la capacidad de asombro, y la curiosidad. Por eso Fito es presente”, culminó.

Programación

La Feria Internacional del Libro Rosario se desarrolla hasta el 12 de agosto en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (San Martín 1080), de lunes a viernes y domingo de 13 a 21 y sábados de 10 a 22, con entrada libre y gratuita. Se puede consultar la programación completa en rosario.gob.ar/cultura.