Cumbia y literatura: el cóctel cultural de la FILRos 2024 en su penúltima jornada

Durante el sábado 14 de septiembre, el Cultural Fontanarrosa se llenó de amantes de la lectura y la música que disfrutaron de una jornada intensa y repleta de actividades, en lo que fue el penúltimo día de la Feria Internacional del Libro 2024 (FILRos). Además de la variada programación de talleres y presentaciones, el público vibró con el cierre musical a cargo de Los Palmeras, en simultáneo con el desarrollo de una nueva y multitudinaria edición de Noche de Peatonales. 

Los más jóvenes encontraron un espacio para desarrollar su creatividad en talleres de escritura y presentaciones de libros infantiles. Escritores como Luciano Saracino y Nadia Fink deleitaron con sus historias al público más exigente: las infancias. Mientras que talleres como «El Cuaderno Azul»  brindó muchas nuevas herramientas para explorar el mundo de las letras.

Para las personas adultas, la oferta fue igualmente variada. Charlas sobre neurodiversidad, envejecimiento, literatura romántica y las experiencias de las hermanas Cossettini permitieron reflexionar sobre diversos aspectos de la sociedad actual. La charla sobre las docentes y pedagogas, en particular, generó un intenso debate sobre el rol de la educación, con los asistentes destacando la importancia de rescatar los valores pedagógicos de estas pioneras. "Las Cossettini nos siguen enseñando que la educación debe ser un acto de amor y respeto hacia los y las estudiantes", afirmó una docente presente en la charla.

En la sala Beatriz Guido, un panel dedicado a la literatura romántica no juvenil atrajo a un público de culto. Las autoras Judith Miguel, Camilla Mora y Mariela Fischbarg, moderadas por Camila Oderda, compartieron sus experiencias y reflexiones sobre este género. "El que dice que no hay nada de uno en los texto, miente”, dijo la autora y agregó que "siempre hay algo de la individualidad que se cuela por los renglones”.

Mientras tanto, en la sala Jorge Riestra,  se presentó el libro 'Imprenteros'. Sergio Vega, uno de los disertantes, evocó la magia de trabajar en un taller de imprenta. "Era ver pliegos y era una fascinación ver todo y luego no quería ver más nada. En mí vida pensé que iba a estar en un libro, teatro, película", expresó.

La poesía también tuvo su espacio en la FILRos. En el Auditorio Angélica Gorodischer, un encuentro de intercambio y debate organizado por La Palabra Colectiva permitió a los y las asistentes explorar diferentes formas de expresión poética. En clave de ronda, las personas que asistieron compartieron textos y reflexionaron sobre el poder de las palabras para transformar la realidad.

Mientras tanto, en el entrepiso del Cultural Fontanarrosa una alfombra yace en el piso y espera su momento. Un niño la mira con ojos maravillados esperando que sea de las mágicas y que Las Mil y una Noches empiecen este sábado. En ese mismo espacio,  personajes de historietas parecen cobrar vida. Dos chicos, caracterizados como algún personaje de animé pasan al lado de otro que está leyendo un texto alusivo y no despega la vista de las hojas para ver esa escena surrealista.  

La vejez, la ausencia y la astrología fueron otros de los temas abordados en la FILRos del sábado 14. Charly López, en su presentación del libro 'Después de cierta edad', desafió los prejuicios sobre la vejez y celebró la vitalidad de las personas mayores. "Es como los coches, no nos vamos a transformar en viejos sino en clásicos", afirmó el autor, generando risas y aplausos en el público.

Por su parte, Daniel García, Fernando Chulak y Julia Musitano conversaron sobre la escritura de la ausencia, explorando las diversas formas en que los autores abordan temas como la pérdida y el duelo. "Vivo para ella pero no está viva", reveló Fernando Chulak la introducción a su libro cuando la moderadora, Rosario Spina, le preguntó con qué canción asociaría su texto y él, confesó que, justamente, empezaba con una.

El auditorio Angélica Gorodischer se vistió de gala para recibir a Reynaldo Sietecase, que presentó su última novela, 'La Rey'. Acompañado por la periodista Sonia Tessa, el autor sumergió al público en el universo de su nueva obra. Sonia hizo una cálida introducción y demostró una gran empatía con el personaje principal, Blanca Rosa, destacó la audacia de la novela y la habilidad del autor para crear una atmósfera de suspenso.

"Se lee como todo policial negro: 'con el corazón en la boca'", afirmó la periodista. Además, resaltó la capacidad de Sietecase para destilar la verdad en los pequeños detalles, dejando entrever que espera con ansias nuevas aventuras de la protagonista del libro.

Por su parte, Sietecase compartió con el público su trayectoria literaria y cómo el periodismo lo ayudó a convertirse en escritor. "Soy un escritor que llegó al periodismo y me salvó la vida en muchos aspectos", confesó. "Esta es mi cuarta novela y presentarla acá es algo especial ya que estoy rodeado de amigos y amigas. Esta es mi casa”, afirmó y agregó que cree que esta es su mejor novela porque es la más arriesgada y le llevó cuatro años de trabajo.

¿Qué es lo que quiere la FILRos? Lo que quiere es cumbia, literatura y disfrute

La jornada del sábado culminó con un cierre a puro ritmo de cumbia. La presentación del libro 'Los Palmeras: Reyes de la Cumbia' convocó a más de 30 mil personas que disfrutaron de una noche llena de música y anécdotas. Este cóctel cultural se fusionó, además, con una nueva edición de Noche de Peatonales.

Rubén "Cacho" Deicas y Marcos Caminos compartieron con el público su trayectoria y recordaron momentos inolvidables de su carrera. "Somos obreros de la música", afirmó Cacho.

Los Palmeras interpretaron sus mayores éxitos, como 'A mover la cola', 'Traicionera', 'El Popular', 'La Chola', 'Aprenderás a llorar', 'Atorrante', 'Por primera vez', 'Olvídala', 'Bombón asesino', 'La Suavecita', 'Muchacha triste' y cerraron con el clásico 'Soy Sabalero'.

Durante el show compartieron escenario, además, con el colombiano Juan José Meza, hijo del legendario Lisandro Meza e interpretaron clásicos de la cumbia colombiana. Durante el show, se pudo observar a los vecinos y vecinas del centro de la ciudad asomándose por los balcones y prendiendo y apagando las luces, sumándose a la fiesta.

El público que visita, recorre, pregunta y atesora libros, participa de las actividades y charlas, sonríe ante en encuentro de un otro en el cruce de pasillos, es quien reafirma el rol fundamental que implica, para la vida de las sociedades, este tipo de eventos. La cultura es presencialidad y nada puede reemplazar la calidez de un gesto, el olor de un libro nuevo o los pies moviéndose al ritmo de una buena cumbia.

En los manuales o ensayos sobre la cultura probablemente se encuentren definiciones extensas, teorías, preguntas sin respuestas, estadísticas y reflexiones pero en una primera instancia, todo pasa a través del cuerpo. Antes que la pluma es el verbo, la acción, poner el pecho y anclar los pies en el presente. La jornada del sábado fue una excelente definición de cultura, un entramado complejo donde se entrecruzan una amplia diversidad de expresiones y donde se forja, ni más, ni menos, la identidad de los pueblos. 

¿Acaso se puede explicar a un niño o una niña que abre un cómic con ojos de asombro qué es la cultura? ¿Mientras los pies ensayan una cumbia cruzada se deslizan las teorías? No, ese es el espacio de gestación. Ahí se van tejiendo las palabras que en algún momento escribirán los libros que hoy se pueden encontrar en los miles de stands de la feria.

Este domingo 15, la FILRos cierra sus puertas con una programación, que no por ser la última, es la menos especial, por el contrario, es el cierre y un acto de reciprocidad a tanto cariño brindado en estos 11 días por rosarinos y rosarinas.