23 de noviembre

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Serrat, Valdano y amigos se emocionan en Barcelona recordando al Negro Fontanarrosa

Fue en el marco de una mesa redonda organizada por la Secretaría de Turismo rosarina en el Consulado Argentino en Barcelona, donde se exhibe la muestra «Vos dejame a mí».

A sala llena, y con gente de pie hasta en la entrada, la Secretaría de Turismo de Rosario celebró este jueves 1º de diciembre en el consulado argentino en Barcelona la mesa redonda en homenaje a Roberto Fontanarrosa, en el que participaron los ya conocidos amigos del Negro, Joan Manuel Serrat y Jorge Valdano, el dibujante y poeta Sergio Kern, y el poeta y profesor universitario Edgardo Dobry; además del primer teniente de la intendencia de Barcelona, el tucumano Gerardo Pisarello.

Presentados por el secretario de Turismo, Héctor De Benedictis y moderados por el periodista y editor de Mongolia, Pere Rusiñol, los amigos del dibujante estuvieron acompañados por el cónsul de Argentina en Barcelona, Alejandro Alonso, y el embajador de Argentina en España, Federico Ramón Puerta.

Lo que pudo haberse convertido, si se hubiera tratado de un homenaje a otra persona, en un acto protocolar de un frío Consulado donde se va a hacer trámites, se transformó de pronto en un mágico “café de los galanes”. Los participantes que conocían de cerca al humorista gráfico y escritor recordaron anécdotas graciosas, y los que no, llevaron a la actualidad algunos de sus textos y chistes.

Después de risas y complicidades, De Benedictis resumió la jornada con un: “Otra vez, el Negro Fontanarrosa nos hizo pasar un gran rato”.

Anécdotas cariñosas

Joan Manuel Serrat recordó, casi al punto de emocionarse, el momento en que visitó a Fontanarrosa en su casa de Rosario. “Nos sentamos a ver un partido de fútbol, los dos delante del televisor. Él tenía a su hijo recién nacido. Entonces el niño comenzó a llorar y le dije: «Negro, tu niño está llorando». El Negro no hacía caso. El niño seguía llorando... Después de un rato igual, le insistí: «Negro, que el niño sigue llorando...». Entonces me miró y me respondió: «El nene nació, abrió los ojos, vio que estaba en Rosario, y se lanzó a llorar… y ahí sigue…»”.

Serrat se refirió también a lo buena persona que era el dibujante. “El Negro está metido en el alma de los rosarinos”, añadió. “Todos los rosarinos con los que me he cruzado en la vida me han dicho: «Soy muy amigo del negro Fontanarrosa». Lo querrán, digo yo”.

Por su parte, el ex futbolista y entrenador Jorge Valdano quiso recordar la invitación que le hizo a Fontanarrosa a su pueblo natal, Las Parejas, para un partido de fútbol entre amateurs. “Era un genio vestido en un envase normal. Un día le dije que trajera a un equipo de Rosario. Y se vino, en la parte de atrás de una de una camioneta, con todo su equipo. Tenía artrosis de cadera, cojeaba… pero jugaba con un entusiasmo tan grande que daba gusto verle. Metió dos goles y le escribió una crónica a Daniel Samper (escritor, amigo, periodista, hincha del Santa Fe), diciendo que estuvo en una cancha impresionante, que el estadio se vino abajo… un delirio extraordinario. Era capaz de hacer una crónica fantástica de un partido de nada”.

Valdano llevó a la sala la historia de Fontanarrosa en la que un hombre está en un bar del pueblo y ve a un chico que llega con una pelota bajo el brazo. “En el cuento, el chico se sienta y pone la pelota a un costado. Después de un rato se levanta y se va. Y se olvida la pelota. Fontanarrosa hace filosofía de eso: «Esto es la decadencia del ser humano.. y de la argentinidad». Cuando el chico llega a la esquina, hace fliu, y la pelota se baja y se va sola a buscar al chico. Yo cuando leí eso pensé: ¡Claro! ¡Eso es lo que queremos todos! ¡que la pelota nos obedezca! ¡Es lo que yo hubiera querido toda la vida! Yo comencé a vivir el fútbol distinto después de leerle”.

Sergio Kern, amigo íntimo de Fontanarrosa, contó el momento en el que el humorista gráfico, con 13 años, decidió que iba a ser dibujante. “Dibujaba en el aula, y los compañeros hacían piña para verle. Todos se reían y ahí se dio cuenta de que esa iba a ser su profesión. Porque lo que hacía funcionaba…”.

Kern también explicó el momento en el que editó, junto a Fontanarrosa, una revista de historietas llamada Tinta, la revista de los dibujantes solitarios. “Era plena devaluación y crisis económica… para variar. Yo me había comprado un terrenito. Y le dije que iba a editar esta revista. Entonces, naturalmente, me dijo: «¡Estás loco!». Y yo, a partir de ahí, decidí que la iba a hacer. El Negro enseguida se puso a buscar y me pasó historietas que había hecho a los 18 años. La primera fue Tadea y sus hijos, una sátira sobre el neorrealismo italiano. Era un tipo muy generoso. Un tipo extraordinario”.

Edgardo Dobry habló de su fascinación por el humorista gráfico. “Yo me preguntaba cómo una persona como Fontanarrosa, que dibujaba para los principales diarios, que además escribía libros, que tenía tanto que hacer, se pasaba las tardes en el bar El Cairo. Luego comprendí que para él lo fundamental era estar en ‘la mesa de los galanes’. Tenía un oído muy fino para la lengua. Una capacidad de observación impresionante, capaz de captar la forma de hablar argentina, y rosarina, como nadie”.

Dobry se refirió al Congreso Internacional de la Lengua, en 2004, en el que Fontanarrosa analizaba las malas palabras: “¿Por qué son malas las palabras? ¿Le pegan a las buenas? ¿Son de mala calidad?”, decía entonces el humorista. Fontanarrosa analizaba que las malas palabras son insustituibles por su sonido. “No es lo mismo –recordó Dobry– decirle a alguien tonto que pelotudo. El tema está en la te de pelotudo…”.

En este sentido habló también el teniente de la intendencia de Barcelona, Gerardo Pisarello. “La palabra ‘mierda’ es muy importante. La clave está en la erre –decía entonces Fontanarrosa–. Pero hay un problema: en Cuba, los cubanos dicen ‘mielda’. De ahí vienen los problemas de la revolución cubana. Por eso ha fracasado”.

Entre risas y emociones, Pisarello agregó que “hablar del ‘Negro’ Fontanarrosa es hablar de nuestras propias biografías (…), sus cuentos nos retratan. Hablan de nosotros, también de los tucumanos, que es una manera de ser rosarino”.

Rosario Muestra

El evento forma parte de la exposición “Vos dejame a mí”, una obra que recorre los trabajos del dibujante, humorista y escritor, y que estará abierta al público hasta el próximo 15 de enero.

La exposición, que incluye 40 obras en 30 años de trabajo, forma parte del programa “Rosario Muestra”, que tiene como objetivo reflejar la identidad rosarina, en donde la cultura, la creatividad y el arte son sus principales rasgos de identidad.

La Secretaría de Turismo promueve cinco exposiciones en el marco de este programa. Además de la de Roberto Fontanarrosa, hay dos sobre el Che Guevara, una proyección de videos ganadores del Festival de Cine Latinoamericano de Rosario; y una exposición de dibujos animados hechos por rosarinos.