24 de noviembre

Cultura

Salud

Festival de Cine: el preestreno de «Que sea ley» puso en valor la salud pública rosarina

El sábado se proyectó un fragmento del documental de Juan Solanas sobre la interrupción voluntaria del embarazo en Argentina, que se mostró en la última edición del Festival de Cannes.

El sábado 7, el cine El Cairo fue sede de una proyección muy convocante. En la segunda jornada del Festival de Cine Latinoamericano Rosario, se mostró un fragmento del documental de Juan Solanas Que sea ley, que buscar dar cuenta de las posibilidades de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo en Argentina. A sala llena y con una mesa de diversas representaciones, se jerarquizó la experiencia de gestión de la salud pública rosarina en relación a este derecho.

La proyección, de unos quince minutos de duración, fue sucedida por la intervención de las personas invitadas: Victoria Solanas y Laura Caniggia, productoras del film; Norma Cuevas, madre de Ana María Acevedo; Silvia Augsburger, representante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y la Diputada Nacional Lucila De Ponti. El secretario de Salud Pública, Leonardo Caruana, fue el encargado de dar cuenta de las transformaciones en el abordaje de la temática en los efectores públicos.

El director Juan Solanas, que no pudo estar presente, agradeció a través de un video la disposición y la colaboración del secretario Caruana, y en especial a los y las trabajadoras del Hospital Alberdi, en el momento de filmar en Rosario. “Juan tuvo claro desde el comienzo que quería filmar casos reales, no solamente opiniones. Lo más valioso y lo más impactante de esta película es escuchar esos testimonios. Todo el apoyo que tuvimos acá en Rosario nos posibilitó el acceso a determinados casos reales y a testimonios clave”, amplió en este sentido Victoria Solanas.

Es importante destacar que todas las intervenciones remarcaron el trabajo de la organización del Festival por posibilitar un espacio de debate entre actores relevantes además de dar lugar al evento en términos cinematográficos. Y es que el filme, según acordaron las productoras y aquellos del panel que habían tenido oportunidad de verlo, busca justamente abrir diálogos.

“Creemos que esta película termina siendo lo que Juan pretendía que sea, una herramienta para poder discutir de qué estamos hablando cuando hablamos del derecho al aborto. Le habla a las millones de personas que no tienen una postura tan definida y que son necesarias para entender la importancia de conquistar este derecho. Es un buen instrumento político para dar esos debates, donde se intenta dar cuenta de la cruda realidad de lo que pasa en Argentina”, afirmó por su parte Laura Caniggia.

“Creo que la película logra mostrar esta realidad tan diversa en nuestro país y contrasta situaciones absolutamente disímiles, pero que a su vez nos ponen en el horizonte seguir trabajando para que en algún momento no sólo tengamos un resultado favorable en la lucha parlamentaria sino que efectivamente se garantice una política pública en este sentido”, reforzó la diputada De Ponti, que entendió el documental “como una herramienta para la disputa política”. “No sólo nos rememora y nos lleva de nuevo a esas jornadas del año pasado, en las cuales sentimos con el cuerpo lo que significaba poder transformar la historia, sino que nos compromete hacia el futuro”, cerró.

En el fragmento seleccionado para la ocasión se pudo ver el testimonio de una tocoginecóloga que recordaba haber intervenido sobre pacientes que se habían realizado abortos clandestinos, con la presencia de personal policial. A esta experiencia, como a otras de ausencia del Estado y de sus sistemas de salud pública, se contrapone el “modelo Rosario” que resonó fuerte como ejemplo positivo de gestión de la problemática durante los debates en Diputados y Senadores y durante las audiencias previas en cada cámara.

“En esta historia, en el relato de tantas historias, hay equipos que se encuentran todos los días con esta realidad. Se encuentran con sistemas de salud que pueden ser como se contaba en la película, con una intervención con la presencia de un sumariante, un modelo en el que muchos de nosotros fuimos formados, y que en nuestra ciudad cambió”, afirmó el secretario Caruana, que dio cuenta del valor de construir “sistemas de salud accesibles, cercanos y basados en derechos” como en Rosario.

Desde la creación del Programa de Procreación Responsable en 1996 (devenido Programa de Salud Integral de la Mujer en 1997), el municipio delinea sus acciones en materia de salud sexual y reproductiva tomando como base la perspectiva de género (en tanto noción de derechos), garantizando el acceso a diversos métodos anticonceptivos y atención integral en los centros de atención primaria ubicados en todos los barrios de la ciudad.

Además, Rosario fue una de las primeras ciudades en legislar en materia de abortos no punibles. En 2005, adhirió a la guía de mejoramiento en la atención post aborto del Ministerio de Salud de la Nación. En junio de 2007, sancionó la Ordenanza 8.186 que cuenta con 7 artículos que definen que la mujer no debe ser discriminada y que debe recibir atención humanizada, rápida y efectiva, desde una clínica ampliada. También firma que en ningún caso de interrupción voluntaria del embarazo se requerirá la intervención o autorización de autoridad judicial o administrativo.

Estas políticas dieron como resultado la baja continua desde 2008 de la tasa de embarazos adolescentes y la tasa de mortalidad materna, y la ausencia total de muertes por abortos clandestinos desde 2012.

El funcionario destacó el rol fundamental de las organizaciones sociales en la generación de cambios sustanciales. “Los grandes movimientos que transformaron la realidad no se iniciaron desde el Estado. Las Madres de Plaza de Mayo, el movimiento Ni Una Menos, la Campaña, se organizaron y generaron agendas para los estados, con una lógica que no se puede planificar con la racionalidad que pensamos la transformación de las instituciones desde la gestión”, reconoció.

Luego, el secretario recuperó la participación del coordinardor de Redes de Servicios de Salud Sexual y Reproductiva del municipio, Daniel Teppaz, en las audiencias parlamentarias. En aquel momento, Teppaz valoró que en Rosario se había dado una “alineación de planetas”, entre una organización de mujeres fuerte, la aparición del misoprostol como herramienta, el compromiso académico y “fundamentalmente la decisión política y el compromiso de los equipos y profesionales de la salud, organizados en redes que generan movimiento al interior del propio Estado”.

“Esto es fundamental porque es la posibilidad de ponerle límites al modelo médico hegemónico que todavía determina la forma de pensar y trabajar de nuestros equipos. Y de todos nosotros, porque justamente el modelo médico hegemónico se mete en las formas de regular la vida, reconoce que la salud sólo se altera por procesos biológicos. Ponerle un límite a este modelo no se hace desde individualidades, sino desde la proliferación de estos movimientos”, amplió Caruana.

“El aborto no es sólo un problema de salud pública, es un problema de derechos y de construcción de ciudadanía. Porque nosotros creemos que la práctica médica y clínica es una práctica política. Y si es una práctica política tenemos que trabajar en ese encuentro abordando la desigualdad, la justicia y la equidad en el acceso”, elaboró el secretario.

“Si bien fue en la calle y no en el Parlamento donde se ganó, esta pausa nos tiene que permitir seguir transformando las instituciones. Porque la ley sola no alcanza. Tenemos leyes como la de Parto Respetado o la de Salud Mental y eso no garantiza que en todo el país se respete el parto o los derechos de los usuarios de salud mental. Lo que se hizo en Rosario demuestra que esto no es sólo una moda, como dijo un periodista de Buenos Aires. Las modas duran meses y no transforman las políticas públicas. Cuando llegamos a resultados como los que tenemos es porque hay una continuidad de políticas y sobre todo una vigilancia de las organizaciones sociales sobre nuestras prácticas y nuestros servicios de salud”, sumó.

“Como secretario de Salud, me toca ser la voz de los sentires y los haceres de muchos equipos que todos los días construyen políticas que garantizan cuidado. Nosotros entendemos la gestión como la capacidad de transformación de los colectivos, y desde ahí aportar a este debate para que la autonomía siga siendo un derecho, para que la maternidad siga siendo una elección, para que el cuerpo y el disfrute sexual no sean un tabú, y fundamentalmente para que el aborto sea legal, seguro y gratuito”, concluyó el secretario.

Que sea ley fue filmada entre julio de 2018 y febrero de 2019, con un “equipo mínimo” (una cámara, unas luces y unos micrófonos inalámbricos prestados). Se registraron historias en Rosario, Buenos Aires, Santiago del Estero y Jujuy. La edición corrió por cuenta del propio director y se estrenó como parte de la selección oficial de la última edición del prestigioso Festival de Cannes, donde concentró muchísima visibilidad a nivel internacional. El 3 de octubre estará en cines de todo el país, pero también “se pondrá a disposición de organizaciones sociales que quieran utilizarla como disparador”.

Durante la proyección también estuvieron presentes el secretario de Cultura y Educación, Guillermo Ríos; la directora del Instituto Municipal de la Mujer, Carolina Mozzi; además de otros funcionarios municipales, concejales, concejalas, y representantes de organizaciones sociales, entre las cuales se destacan la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, nacida en Rosario en 2005.