Presentan Rap del Sur, una construcción colectiva para contar lo que pasa
Se trata de un cd que reúne proyectos musicales de barrios del sur y sus videoclips. Son temas escritos y realizados íntegramente por adolescentes y jóvenes que asisten al taller Rimas y ritmos.
Un barrio, el río Paraná de fondo, un pasillo que se invade de ritmo y donde se canta: "Somos del Mangrullo, venimos desde abajo, lo mío es tuyo, somos del Mangrullo, venimos desde abajo y con mucho orgullo".
Son un grupo de jóvenes y adolescentes que llegaron al taller Rimas y ritmos que cada viernes se reúne en el Centro de Capacitación de la Dirección de Juventudes en El Mangrullo. Tienen como base de sustento la identidad territorial, rescatando saberes y experiencias de vivir en un barrio duro.
Lucía Tamagno o Lulita, se hizo conocida por sus letras que hablan de la mujer, la discriminación. Nació y se forjó como rapera en el corazón del barrio Las Flores y ahora es la responsable de estos talleres: “Más allá de que los chicos puedan experimentar con otros géneros, la idea del taller de rap es escribir, componer canciones que hablen sobre la realidad, también de contar lo que pasa en el barrio, de las vivencias de cada uno, de lo que vienen arrastrando y sus inquietudes”, explica.
“El rap es una herramienta para que puedan canalizar todo lo que les pasa”, dice Lulita que tiene una vida atravesada por historias de la calle. “Los chicos, juegan mucho con los instrumentales, las letras y estribillos y la música que eligen son pistas libres que buscan en internet”, indica.
El próximo 15 de noviembre a las 12 será la presentación oficial de Rap del Sur, en el Salón de Usos Múltiples del Centro Municipal Distrito Sur (Uriburu 637). Son cinco discos con los materiales del taller que se desarrolla en diferentes espacios del Distrito Sur: los centros de Convivencia Barrial Flammarión y Ayacucho, el Centro de Salud Maiztegui, el Centro de Capacitación El Mangrullo y la Casa del Adolescente. Allí llegaron los chicos y chicas convocados por medio de la difusión que hacen las instituciones barriales. Además, de los que llegan desde los Centros de Convivencia Barrial o del Programa Nueva Oportunidad.
“La idea es que pueden hacer una catarsis y componer, ensamblando en una pista instrumental y tratar de hacer todo, una composición musical”, dice la docente y agrega que este año tuvieron la oportunidad de grabar el disco y con el plus de hacerlo en el mismo lugar donde asisten al taller y de rodar el videoclip por su barrio.
“Los chicos se sintieron súper cómodos, es un resultado genial”, retoma Lulita y subraya: “Los temas que trabajaron los chicos abarcaron diferentes temáticas, pero por lo general hablan del barrio, de la situación que se vive hoy en día, como ciudadanos hablan de la pobreza, de la marginalidad, del compañerismo y la solidaridad con el otro. Mucho se habla de la unión en las canciones y de otros temas sociales”.
El taller constituye un entramado donde se cruzan prácticas artísticas, musicales y sociales. Desde este entramado los raperos y las raperas construyen sus identidades. Karen valora que lograron hacer un video, pero no quiere dar detalles de la producción. Ella ahora escucha rap, pero nunca se animó a cantar: "Es algo nuevo, me gustó". Escribió la parte en la que canta: "La familia no se elige, es la que te toca, así es el destino superando las derrotas, sigamos adelante con la familia unida y con humildad como punto de partida".
A su lado está Leonardo, que conoció el rap a través de este taller: "Entre los compañeros nos ayudamos mucho en la construcción de los temas, letras, me gustó mucho". A Lautaro el rap nunca le llamó la atención, pero cambió su opinión, ahora va por el freestyle y rescata el trabajo del equipo. Se entusiasma con la presentación y la valiosa experiencia de tener su tema: "Porque acá se trabaja, con esfuerzo y sacrificio, no somos más que nadie, todos somos sencillos, a veces la plata no alcanza el bolsillo y algunos relocos pilotean los pasillos", dice sin resignarse.
Ana –envalentonada-, arranca cantando su parte: "En el barrio se ve mucha droga y por eso algunos pibes roban, por culpa de los malos a los buenos los lastiman, esto es como un círculo, los abusos no terminan". Para ella es su “primera vez con el rap”, apunta y remarca: “Con los chicos del curso aprendí, no escuchaba rap, lo mío era más cumbia, pero esto me gustó, esta es una buena experiencia".
A su vez, Lulita hizo hincapié en la construcción de los temas: “Tratamos de buscar entre todos que sea coherente, sin insultos, sin agresiones y sobre todo dejar un mensaje y dejar plasmada una idea sobre realidad que viven. Nos centramos en eso y darle un buen mensaje a la gente para que puedan escucharlo y sentirlo”.
Sobre el futuro agregó: “Estos espacios son de encuentro, de creación y ahora queda en cada uno cómo utiliza este recurso. Hay algunos que quieren ser artistas y dedicarse a esto y otros chicos solamente quieren aprender, conocer la experiencia”.
“Después del viernes todos los temas estarán subidos a internet, todos tendrán acceso a los links para ver los videos, y con este broche cerramos todo el trabajo del año”, cierra Lulita y junto a sus chicos se despiden cantando con orgullo su tema principal.